Tras un verano muy largo, digamos que el más largo de mi vida, retomo la publicación del blog. Aunque nunca deje de escribir, si deje de publicar. No es que no quisiera compartir con el mundo mi experiencia, más bien, no disponía del tiempo de hacerlo. Tras dos meses viajando con amigos, vuelvo a estar “solo”. Aunque todos sabemos que nunca se está solo.
Retomo el blog donde lo deje, en Sudáfrica. Iré saltando de un sitio a otro para que no se haga eterno llegar hasta donde hoy me encuentro, en un avión que en breve aterrizará en Nueva Zelanda.
El siguiente post, relata el safari de 3 días que pase en el Kruger. Tranquilos, que el resto del verano será más fluido y bastante más resumido. Pero como lo tenía ya escrito, no me costaba nada subirlo…
Tres días de safari por el Kruger!
Primer día (martes)
A las 9am en punto ya estaba listo para una nueva aventura! Había contratado un safari de tres días por el Parque nacional Kruger. El parque es uno de los más famosos y emblemáticos de todo el mundo, conocido además por albergar a los 5 grandes (Búfalo, Elefante, León, Rinoceronte, y Leopardo) además de miles de especies más. Su extensión es de unos 350km de largo y 60km de ancho... casi nada!
La verdad que tenía bastantes sospechas sobre la calidad del safari. Tras haber hecho un exhaustivo estudio de mercado, fui a contratar el safari más barato de todos! Y esto no fue aposta, es que era el único que tenía plazas (y eso que lo reserve con más de un mes de antelación). Para aumentar mis sospechas, fue el único safari que no te pedían un pago por adelantado ni nada por el estilo. Además, normalmente se sale desde Joburg a las 5am y a mí me habían dicho que venían a buscarme a las 9am… vamos, que me esperaba lo peor!
Con 15 minutos de retraso llego el chofer que me iba a llevar al Kruger. Jan, un local bastante simpático y servicial y que conducía bastante bien!
En el coche conocí a Paco, otro español que está siguiendo a la selección y resulto que había contratado el mismo safari que yo. Al parecer, íbamos a tener un safari solo para nosotros dos.
El trayecto en coche duro sus 8 horas! Salimos a las 9:30am del hostel y llegamos a las 17:30h al Lodge donde íbamos a pasar las siguientes dos noches. Aunque parezca una eternidad, no se hizo nada pesado! Paco y yo hicimos buenas migas… Es una persona increíble, sin tapujos, sincero, buena persona, con una gran personalidad y una gran pasión por el futbol, la selección, el Madrid y los viajes!!
Al principio, el paisaje era completamente distinto a lo que estaba acostumbrado en Malawi. Cambie las pequeñas aldeas de adobe por pueblos más dignos de Estados Unidos que de África. El verde y amarillo de Malawi con sus árboles y arbustos cambiaron por campos de cultivos sin ningún accidente natural. Ese fue el paisaje que nos acompaño durante las primeras 5 horas de viaje. Tras una parada técnica para comer, reanudamos nuestro camino. El paisaje poco a poco fue cambiando… entramos en una zona de cultivos de naranjas, luego atravesamos un puerto de montaña con unas vistas impresionantes… al rato, percibimos que llegamos a la zona denominada “Greater Kruger”… con una vegetación más parecida a la sabana. Volvieron los arboles salvajes y sus arbustos, pero con un tono distinto al de mi querido Malawi.
Aunque llegamos algo cansados, nos animo ver que el Lodge donde nos íbamos a alojar estaba bastante bien!. Se encontraba dentro de una finca salvaje donde había varios hoteles rústicos. Nada más entrar en la finca, no tardaron en darnos la bienvenida un par de facocheros y algunos impalas despistados. Al lodge no le faltaban lujos, tenía una zona común con cocina, comedor y salón para ver los partidos. Tenía una zona donde se podía hacer fuego, tenía barbacoa, piscina y zona de relax. Las habitaciones eran todas dobles con dos camas, con una gran ducha y un baño bastante grande a compartir con otra habitación. Eso sí, el cuarto lo tuve que compartir con Paco, algo que no me importo mucho teniendo en cuenta donde había dormido las últimas dos noches.
Nada más llegar, me di una ducha y vi el final del Bafana, Bafana, vs Francia! Que gusto nos dio ver a los Franceses eliminados. Una pena que no pasase Sudáfrica. En el lodge esa noche también se hospedaban unos cuantos americanos bastante jovencitos. Paco y yo casi metemos la pata al hacer una broma sobre la única chica del grupo… puf, por los pelos, ya que uno de los yankis sabía español. Sobre las 18:00h nos habían preparado la cena. Un banquete con una especie de maíz dulce de primero y una sabrosa barbacoa de segundo… Todo riquísimo!
Tras la cena, nos tocaba nuestro primer safari, un “game drive” nocturno de dos horas por el Parque Kruger. Los americanos nos avisaron que nos pusiéramos toda la ropa que tuviéramos, ya que no tendríamos suficiente como para soportar todo el frio. Si no nos lo llegan a avisar, creo que no lo cuento! En serio.. que friooooooooooo pasamos!
Jan nos llevo al parque Kruger, y ahí nos subimos a una especie de Jeep que estaba medio descubierto. Si a un león le da por comerte, no creáis que el coche nos iba a proteger algo. En el jeep fuimos 7 personas incluyendo al guía del parque y a Jan. Además de las ropas que llevábamos, nos dieron varias mantas a cada uno y solo a Paco y a mí, un faro para farear a los bichos. Las mantas fueron un regalo bendito, pero no impedía que el frio se metiese por todos lados. Una pena que no sacase una foto a Jan, estaba tan tapado con las mantas que no asomaba ni dos centímetros del rosto… bastante graciosa su “pose”.
Este safari fue bastante malo… vamos, no lo volvería a repetir! Al principio piensas que es chulisimo estar por la noche, en un jeep medio descapotable fareando bichos. Pero vimos muy pocos, casi todo impalas, y poco más… Bueno, vimos a un par de rinocerontes blancos, pero todo rápido y regular… y por el frio que tuvimos que pasar, no merecía la pena.
Cuando llegamos al lodge de vuelta, había un nuevo guest que estaba intentando ligar con la americana. Ambos estaban junto al fuego, juntitos pero no revueltos…. la escena me evocaba a los campamentos de verano… Paco y yo nos acercamos con la intención de recuperar el calor perdido en “safari” pero no duramos mucho y decidimos retirarnos al escuchar la conversación de besugos que tenia la pareja… Además, era ya la 1am de la mañana y el día había sido muyyy largo.
Preguntamos a Jan a qué hora nos teníamos que levantar y nos dijo que sobre las 9am! Al oir eso yo ya daba por perdido mi dinero… como vas hacer un safari de día a las 10am? Si cuando más bichos se ven es al amanecer?? En fin, como no tenía ganas de discutir, me metí en la cama sin rechistar.
Segundo día (miércoles)
Como Paco roncaba un poquillo, volví a hacer uso de los tapones… cerré los ojos y pluf… los volví a abrir 4 horas más tarde cuando Paco me despertó diciendo que teníamos que salir escopetados que el safari no salía a las 10am sino que a las 5am!! Por un lado me alegre… pero eso que me despertaran de repente no me sienta tan bien!!!
El jefe del lodge, John, nos acompaño hasta la salida de la finca donde nos esperaba Stuart, un guía escocés que lleva más de 15 años haciendo tours dentro del Kruger. Ahí nos bajamos del coche y nos subimos a otra especie de Jeep abierto pero con unas lonas para protegernos algo del viento. De la finca hasta la entrada del Kruger hay unos 50km que recorrimos a unos 100km/h…. Las lonas algo protegían pero no del todo. Menos mal que íbamos mejor preparados que hacía unas horas y llevábamos varias capas más de ropa.
Llegamos al Kruger sobre las 6:30am… El sol empezaba a despertarse mientras varias jirafas nos saludaron antes de cruzar el camino como si fuesen peatones en una gran ciudad. Una vez en la entrada del parque, Stuart quito las lonas que cubrían su jeep y dejo entrar el frio polar que aún hacía a esas horas. Yo le pregunte por si íbamos a ver leones, el me contesto que si estaban donde él los iba buscar, entonces los veríamos… Me recordó al guía del safari de Malawi cuando le pregunte por los elefantes (teníamos un 50% de probabilidades de verlos, o los veíamos o no los veíamos…)
La primera gran sorpresa que nos llevamos fue descubrir que no íbamos a recoger a nadie más!! Vamos, íbamos a tener un tour privado!!! Nada más atravesar las puertas vimos unos búfalos comiendo a nuestra izquierda. Menudas bestias tan grandes! Con lo tranquilos que parecen y luego resulta que son súper peligrosos!! Unos metros más tarde divisamos a lo lejos una manada de 600 búfalos!! Puf, como para ponerse en medio de una estampida!! A medida que avanzábamos con el coche íbamos descubriendo nueva fauna…. Los impalas y los ñus estaban por todos lados… Al poco tiempo vimos nuestra primera cebra, unos metros más adelante había muchas más. Stuart nos daba una breve explicación de lo que veían nuestros ojos. Sabíais que los ñus se pegan a las cebras o los impalas porque están medio ciegos?
Al cabo de media hora vimos los elefantes!! Estos sí que eran grandes comparados con los de Malawi… Había dos que nos miraban fijamente y no estaban a más de 15 metros!! Menuda emoción!! Seguíamos avanzando y nos seguíamos encontrando con más animales… jirafas, Kudus, más cebras, más impalas, más ñus, más elefantes, más búfalos, etc.… Toda una experiencia alucinante!! Jamás pensé que iba a cundir tanto mi safari!!!
Sobre las 9:30h, y cuando el calorcito ya se empezaba a notar, Stuart decidió parar en uno de los centros que tiene el Kruger para darnos de desayunar. Nos dio un Sándwich de jamón y queso, un yogurt, un zumito, y un plátano…todo nos supo a gloria!
No pasaron 20 minutos cuando ya estábamos recogiendo y dispuestos para dar otra vueltecita por el parque. Seguimos viendo animales, esta vez vimos sables, kudus, bushpacks y los ya mencionados anteriormente… Estaba disfrutando como un enano con una piruleta! Mi teleobjetivo 18mm-250mm no me defraudaba… la canon EOS que llevaba, no dejo un minuto de sacar instantáneas! No me quiero imaginar lo que va a ser seleccionar las fotos de todo el viaje… estoy seguro que llegaré a sobrepasar el umbral de las 20,000 fotos… (Solo de Malawi debo tener unas 2000!)
De repente Stuart nos advierte que acabamos de entrar en la zona de los leones. Como ya llevaba unas 5 horas en el parque no tenía mucha fe en que fuera a verlos. De hecho, me sorprendió que Stuart se acordase que era lo que quería ver si o si. Para mí el rey de la jungla es animal más increíble de todos. Ningún otro está a su altura! Paso más de una hora hasta que vimos a un coche en frente de nosotros dándonos ráfagas de luces. Entonces, todos entendimos que había algo por ahí… avanzamos unos metros más y ahí estaban! Tres leonas imponentes. Que emoción… por fin conseguía estar a menos de 15 metros de uno de los animales más majestuosos de la tierra! Estuvimos ahí parados unos 20 minutos, solo se oía el silencio… nadie se atrevía a perturbarlo… puf… que pasada de momento.
Seguimos avanzando y no pasaron 10 minutos cuando de repente Stuart paró en seco. Con sus ojos más parecidos a los de un lince que a los de un humano, divisó una pareja de leones en medio de la sabana. Estarían a unos 100 metros, una persona normal sin prismáticos no los hubiese encontrado. Aquí vivimos otro de los grandes momentos del día. Como dato técnico que nos conto Stuart, sabíais que los leones durante el periodo de apareamiento pueden copular hasta un total 150 veces en un periodo de 55 horas, vamos ni mi amigo Rocco.
Después de los leones pudimos ver avestruces y una familia de cuatro rinocerontes blancos jugando en una charca del parque. Se notaba que el rino era el animal que más le gustaba a Stuart. No solo saco su cámara para inmortalizar el momento, también nos tuvo allí más tiempo que con los leones!!! En fin… no iba a quejarme porque yo también estaba disfrutando.
A la 14h Stuart nos volvió a llevar al centro, esta vez nos tocaba a nosotros comprar la comida en el restaurante! Como no podía ser de otra forma, opte por pedirme un gran chuletón! Cuando fuimos a sentarnos en las mesas de la terracita (habíamos pedido la comida dentro del restaurante) nos dimos cuenta que había una barbacoa con unas salchichas y hamburguesas que no dejaban de llamarnos por nuestros nombres! Al final, y después de comernos el plato de carne, caímos en la tentación de pedirnos un perrito! Utilizamos la excusa de quedar bien con Stuart para invitarle a un perrito y de paso nos pedíamos otro para nosotros.
Me sorprendió gratamente tanto los precios como la calidad de todo el restaurante. En España hubiera sido completamente al revés… calidad mala a precios de gourmet!
Tras la comida reanudamos la marcha. Esta vez ya puso rumbo a casa… todavía teníamos que recorrer los 40 kilómetros que había hasta la entrada del parque, 40 kilómetros de un paisaje increíble y poblado de animales. Seguimos viendo elefantes, jirafas, cebras, ñus, sables, etc…
Cuando llegamos al Lodge ya teníamos la cena preparada… esta vez unos chuletones hechos en la barbacoa que estaban sublimes! Que gusto!!
Tras ver el partido que tocaba, me fui directo a la cama… el jueves nos teníamos que volver a levantar a las 4:30am para aprovechar nuestro último safari.
Tercer día (jueves)
Dicho y hecho, a las 5 am ya estaba listo para salir a disfrutar de nuestro último safari en el Kruger. Tras las experiencias anteriores, me vestí con todas las capas posibles! Estaba decidido a no pasar frio.
Jan nos llevo a una reserva privada dentro del Kruger en un área súper restrictiva. Nos esperábamos que fuese el mejor día, según John esta experiencia iba a ser el “Strawberry on top”... en castellano vulgar… la leche!
Jan aparco el coche en un sitio donde había un garaje y varios tractores. No parecía en absoluto un sitio para turistas. Lo más chulo del sitio es que tenían un búfalo en una cerca y era bastante amigable. Pude tocarlo y “jugar” un poco con él. Yo me dedicaba a correr de un la a otro de la malla y el animal a seguirme. Pude comprobar que aunque pesen más de 800kg, corren mucho más yo… Vamos, que no me gustaría verme en la situación de estar perseguido por uno de estos bichos.
Al cabo de 20 minutos de espera y de no saber qué hacer, llego una furgoneta con varios turistas y poco después un jeep descapotable que tenía pinta de ser el vehículo con el que íbamos a explorar la reserva. El Jeep tenía una capacidad para 9 personas, tres filas de tres asientos sin contar las plazas del conductor ni del copiloto, era más pequeño que los anteriores pero más descubierto. Esta vez teníamos dos guías, uno se sentaba en la parte delantera del jeep, justo en el capó donde habían instalado un asiento, y otro era el encargado de conducirlo.
Paco y yo fuimos rápidos y nos sentamos en la primera fila del jeep, lugar privilegiado para sacar fotos ya que no tienes a nadie delante que te quite visión.
Serían las 6:30am cuando cruzamos la puerta de la reserva. Pronto entendí el porqué de poner un asiento en la parte frontal del coche. El guía que se sentaba ahí iba buscando huellas, escuchando sonidos, e indicando al conductor por donde tenía que ir. Además, estaba intercomunicado con el resto coches que andaban por la reserva, así, si alguno divisaba a un miembro de los “Big Five”, avisaba al resto de su localización. No tardamos mucho en divisar un guepardo (cheeta)… una emoción increíble. Íbamos por un camino cuando el guía nos avisa que había un cheeta a unos doscientos metros justo enfrente de nosotros. Además, a nuestra izquierda había una manada de elefantes!! Como ya había visto muchos elefantes, yo solo me fijaba en el primo menor del leopardo… El felino, haciendo honor al dicho “la curiosidad mató al gato” no tardo en recorrer la distancia que nos separaba. Llego a estar a menos de un metro del vehículo, yo creo que si saco la mano me la arranca de cuajo… El Cheeta empezó a dar vueltas a nuestro coche, después se tumbo justo en frente del camino obstaculizando el paso… se volvió a poner de pie y se adentro en el bosque para volver a salir al camino y rodear el coche otra vez. Increible con que agilidad se movía el gatito… impresionante la belleza del momento!
El Cheeta acabo por cansarse de nosotros y termino adentrándose en el bosque… Nosotros proseguimos nuestra búsqueda de los “Big Five”. Mientras los buscábamos, divisamos varios antílopes, cebras, jirafas… Pasaría no más de media hora cuando de repente, y al girar a la izquierda por un camino, vemos a dos leones que venían hacia nosotros. Uno de los leones, el más viejo, estaba en la finca colindante tras una verja de casi dos metros. El otro, mucho más joven y tranquilo nos miraba a los ojos pero no parecía preocupado. Tuve la sensación que el mayor de ambos, tenía bastante genio y que si llega a estar en nuestro lado de la valla, lo mismo hubiéramos tenido un problema. Mis ojos no se lo podían creer… estaba viendo un león salvaje a 30 cm del coche. Si hubiese sacado la mano le hubiera podido tocar! Algo no muy recomendable aunque ganas no faltaban.
Seguimos nuestro camino por la reserva en busca de más “strawberries” y os aseguro que no faltaron. De repente, nos vimos rodeados por una manada de más de 100 búfalos! Parecían tan tranquilos que el conductor decidió meterse en el bosque en el epicentro de la manada! Una pasada!!!
Dejamos la búsqueda de “fresas” para centrarnos en el chocolate líquido que recubre esa fresa “on the top”… vamos, que fuimos en busca de la guinda final.
El guía recibió un mensaje que había visto algo… Tenía que ser algo importante, porque el conductor dejo los caminos para ir campo a través. Pronto escucho un ruidito que por supuesto yo no escuche. Avanzo unos pocos metros más hasta que vimos a un bebe leopardo justo en frente nuestro. Resguardado por las ramas de un árbol y varios arbustos, había un leopardo pequeñito desayunando… No se le veía muy bien, pero se le escuchaba comer! Increíble!!! Ver un leopardo de día es casi imposible y nosotros lo estábamos viendo! No me lo podía creer…
Nuestro magnífico guía dejo en paz al bebe para ir en busca del padre, decía que no podía estar lejos. Wow!! No tardamos 10 minutos cuando en medio del bosque apareció… Solo le vimos un minuto, pero suficiente para ponerte la carne de gallina. Al igual que el guepardo o el león, nos paso justo al lado del jeep. Por fin podía decir que había visto los 5 grandes… prodigioso!
Seguimos nuestro safari, atravesamos ríos, recorrimos el bosque y volvimos a ver leones… Podía ser mejor? No creo… menuda experiencia.
Sobre las 10:30am y tras cuatro horas de safari, volvimos a nuestro punto de partida. Ahí estaba Jan esperándonos. Volvimos a nuestro lodge para recoger las cosas y que grata sorpresa nos estaba esperando… en la mesa del comedor había un english breakfast en toda regla. Huevos, salchichas, bacon, yogurt, frutas, cereales… vamos, fue mi desayuno comida!.
Después del desayuno emprendimos nuestro camino de regreso al hostel. Teníamos por delante 8 horas de coche. Eso sí, pase la mitad medio dormido.
Llegue derrotado al hostel. Serían las 18:30h y ya poco se veía… tras hacer el check-in y ojear un poco internet, vi como un grupo de 8 españoles la estaba liando parda en el patio del hostel. Los muy cracks estaban haciéndose una pedazo barbacoa. Como se hace en estos casos, baje a saludar y a conocerlos un poco mejor. Resulto que dos de ellos eran amigos de mi hermana Isabel, que pequeño es el mundo eh??? La mayoría eran del sur, todos unos cachondos que no paraban de cantar canciones para animar a nuestra selección! Aunque tenía la intención de cenarme una ensaladita de tomate y aguacate, no me quedo más remedio que aceptar la invitación a tomarme un pedazo chuletón y varias cervezas.
Aunque era jueves y llevaba ya un par de meses sin salir, fui incapaz de unirme a al grupo en su cruzada por la noche de Joburg. No solo mi hermano Fernando llegaba al día siguiente a las 9:00am y había quedado en ir a recogerlo, sino que también se jugaba el España – Chile y prometía ser un partido a muerte!
Antes de meterme en la cama avise al hostel que me apuntaba al Shuttle que habían montado para ir al aeropuerto. Esta noche también prometía frio, así que con el pijama me puse mi forro polar y me escondí dentro del saco de dormir… mañana tenía que ser un gran día.
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