http://www.photostohelp.com/alvaroh
Espero que os guste la web, aunque no tenia ni idea de HTML, creo que tras leer mucho y algunos tutoriales me ha quedado algo bastante decente
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Espero que os guste la web, aunque no tenia ni idea de HTML, creo que tras leer mucho y algunos tutoriales me ha quedado algo bastante decente
No solo sobreviví al viaje de 5 horas de autobús, sino que pronto me iban a saber a poco. El viaje fue tranquilo, con muchos frenazos, pitidos, y algún saltito debido a uno de los muchos baches que hay en la carretera. Nada fuera de lo común aquí y todo muy previsible. La hospitalidad India se hizo patente y mi vecino de asiento resulto ser más que simpático. Otra vez todo el mundo estuvo muy atento y me avisaron donde tenía que bajarme.
Pase el fin de semana en Hyderabad, en la casa delegación de las hermanas. Como siempre, todas estuvieron muy pendientes de mi. El finde fue muy tranquilo, sin hacer mucho más que pasarme medio día conectado a internet y trabajar un poco en la página web donde voy a colgar todas las fotos de mi viaje. Llevaba casi un mes sin conectarme a internet y ya lo echaba de menos! Es increíble las necesidades que nos generamos. Estoy seguro que si le cuento esto a uno de los pobres indios no lo podría entender. La mitad del finde me lo pase mentalizándome para mi siguiente viaje en autobús.
El domingo llego antes de lo esperado, y junto con Sister Annie (la superiora de la casa delegación) emprendí el viaje en autobús que tanto temía. Un viaje infernal de casi 18 horas hasta Mysore. Tuve la mala suerte de estar sentado junto al único altavoz de todo el autobús. Un bufle muy potente del que pude apreciar su enorme potencia nada más empezar el trayecto. A los cinco minutos de viaje, en cuanto empezaron a proyectar una película tipo Bollywood, mis tímpanos sufrieron como nunca antes lo habían hecho. No os imagináis el volumen al que pusieron la película. Por unos momentos me transporte al salón de mi casa, pero no, ahí la televisión se pone muy alta, pero no llegaba al 25% de esto. Sin otro remedio, hice uso de mis cascos Bose, que dicen que aíslan del sonido del exterior, pero con tantos mega vatios sobre mi cabeza poco pudieron hacer. Los tapones tampoco consiguieron nada… Lo único que me ayudo un poquito fue el gelocatil que tuve que tomarme tras 10 minutos de película. Lo mejor estaba por llegar, era un pase continuo de 5 horas de películas!! Para morirse! Otro tema que no ayudo a la comodidad del viaje fue que el espacio entre los asientos era menor que el turista de Iberia y que el personaje en el asiento delantero se tumbo 180 grados. No se si las sardinas van más comodas en sus latas… jejeje (reconozco que estoy exagerando bastante y que dentro de lo que cabe, el viaje no fue tan malo!!)
Como en todo en la vida, los minutos se convirtieron en horas, y así, sumaron 18 horas hasta que Sister Annie me dio la buena noticia. Acabamos de llegar a Mysore. Justo el sol empezaba a asomarse por el horizonte, y con un breve saludo nos dio la bienvenida. Llegamos con media de adelanto sobre la hora prevista, así que las hermanas de Mysore no estaban esperándonos. Cogimos un Otox (tuc tuc), atravesamos unos campos de arroz iluminados tenuemente por la perezosa luz del sol (una imagen muy bonita) y en 5 minutos ya habíamos llegado. Eran las 7am, así que el desayuno estaba preparado y listo para degustarse.
En Mysore las hermanas tienen una casa de formación de hermanas y una casa de ancianos. Tras desayunar, pude descansar un poquito... y menos mal, porque tenía que coger otro autobús (este más cutre) de tres horas hasta mi destino final. El viaje fue bastante interesante, otra vez abandonaba la ciudad para meterme en lo más profundo. El viaje lo hice con Sister Mary, así que fue bastante entretenido. Se nota que en Mysore debe llover más que en Andra, la vegetación es algo mas verde y hay bastantes más arboles y campos de arroz. El paisaje fue espectacular, sobretodo cuando atravesamos un parque nacional. Fue bastante increible... vimos muchísimos elefantes! (bastante peligrosos por cierto, han matado ya a bastantes personas). El autobus parecía una montaña rusa, con cada bache (uno cada 15 metros) eras susceptible de salir por los aires... no es coña! Muy incomodo pero las tres horas pasaron volando.
Por fin, y después de tanto viaje llegue a Gudalur. La comunidad de Gudalur es una de las primeras de las hermanas con casi más de 25 años. Aquí tienen una casa con más de 50 ancianos. Si fui un poquito duro en el post de María Rani, creo que me quede corto. No te imaginas las historias que me contaron. A los pobres, muchas veces les deja sus familias como perros abandonados. Me cuentan que aparece un coche, se abre la puerta, se baja el anciano y el coche desaparece. Muy heavy! De vez en cuando, aparece algún anciano por la puerta y pide a las hermanas que lo acojan, con lagrimas en los ojos las dice que no tiene a nadie y no tienen nada. Aquí solo acogen a los más pobres, así que estos siempre son bienvenidos.
En un principio, el plan inicial era que hiciera aquí todo mi voluntariado, pero como al final fui a ver las otras comunidades, y las hermanas quieren que las ayude con un proyecto de construir un colegio en Hyderabad, pues solo pude estar hasta el Miércoles.
Gudalur es impresionante. Esta situado a las faldas de una montaña, todo rodeado por plantaciones de té y cafe. Antes también tenían pimienta, pero una enfermedad se llevó a todas las plantas. Es muy verde, muy bonito todo. El clima es muy bueno, fresquito por el día, y algo más por las mañanas y por las noches.
La casa de la Esperanza, así se llama la casa de ancianos, solo se puede mantener con donaciones. Aunque tienen 18 acres de terreno y el 90% es una plantación de té, esta no consigue ni pagar a sus trabajadores. La plantación la lleva una hermana; un grupo de 8 mujeres y tres hombres, salen todos los días a recoger las hojas de te; el sueldo es de 80 rupias diarias, ( euro y poco) y después de recoger cada uno 25 kilos, tienen un porcentaje por kilo de una rupia. Por la tarde, un camión recoge la recolección diaria y la lleva a la fabrica. El precio por kilo de hojas es de 8 a 10 rupias (unos 15 céntimos).
Un día por semana las hermanas salen a la ciudad a comprar y también recogen lo que las tiendas les regalan para los ancianos en material de comida, arroz, verdura, huevos, algo de ropa y jabón. Los ancianos son abandonados, la policía los recoge de la calle y los lleva a la Casa de la Esperanza; nadie les visita, ni sus familias se acuerdan de venir a verlos ni siquiera en la hora de la muerte.
Los ancianos aquí están muy contentos. Los que pueden ayudan y cooperan en todas las actividades de la casa. Las mujeres limpian el arroz y ayudan a preparar la comida, los hombres, ayudan recogiendo leña para cocinar y calentar el agua.
Las 5 hermanas de esta comunidad cuidan de ellos como si fueran sus hijos. A casi todos toca vestirles, darles de comer, y bañarles. Si caen enfermos tienen la suerte de tener un hospital muy cerca. Cuando mueren, las hermanas los entierran en una zona que han designado para ello.
Gracias a una donación de la fundación Esteban G. Vigil, las instalaciones han mejorado considerablemente. Lo que más han apreciado los mayores es el nuevo salón y la tele que esta en el centro. Todas las noches se juntan aquí para distraerse un poco. Las hermanas han agradecido la mejora en los baños. Ahora tienen una pequeña ducha que hace más fácil bañar y asear a los ancianos. A pesar de eso, todavía hay que mejorar mucho las instalaciones de los hombres. Es muy huúmeda, y en tiempo de lluvias, las pareces rezuman agua y el suelo se mantiene siempre cubierto de agua; no tienen un salón apropiado para que los ancianos puedan sentarse a charlar, o para una terapia de rehabilitación.
Lo que más me impresiono cuando me enseñaron las instalaciones fue la gratitud de los ancianos. Todos me miraban con una gran sonrisa. Incluso los más enfermos que no son capaces ni de levantarse de su cama. No os podéis imaginar, algunos están tan mal que las hermanas saben que les quedan solo un par de días. Se han acostado a esperar la muerte.
Por el día, los que están mejor, pasean de un lado para otro, charlan y se distraen mutuamente. Sinceramente, no se me ocurre un nombre mejor para la casa… les da esperanza y ganas de vivir.
Mi labor aquí fue otra vez la de Consultor Contable. Les puse un excel para llevar las cuentas! la hermana Valsama encantada. Aprendió rapidísimo! un gustazo no tener casi que explicar como funciona jajajaj. Sister Valsama es la superiora, la pobre no paraba un minuto. Ni siquiera a la hora de la comida podía estar tranquila. En ese momento saben que esta en la casa y la gente aprovecha para llamarla. Cuando pregunto al resto de las hermanas, me dicen que es porque no para de intentar conseguir fondos para mantener la casa. La verdad que es una persona excepcional.
En uno de mis paseos por ahí, vi a un pobre anciano llorando. Como iba con la cámara, le dije que si lloraba no le iba a hacer fotos. Cuando las hermanas me tradujeron, empezó a sonreir. Posteriormente, me invito a su cuarto (que comparte con otros 8 ancianos) para enseñarme su mayor tesoro, una foto donde salía el con una de las sister. Estaba orgulloso de tener 95 años, es el único que lleva aquí desde el principio.
La mañana del miércoles las hermanas me llevaron a ver la fabrica de té. Impresionante. A veces me pregunto como el hombre es capaz de ingeniar estas máquinas. Como se les ocurre? Fue una visita muy interesante. También me llevaron a ver las vistas desde la montaña! Impresionante!!!
Por la tarde, Sister Mary y yo cogimos de vuelta el autobús a Mysore. Me dio mucha pena irme, la verdad que me hubiese gustado estar aquí mucho más tiempo.
En Mysore solo estoy de paso hasta hoy viernes que cojo un autobús de vuelta a Hyderabad. Otra vez 18 horas de autobús. He reservado en el mejor autobus. A ver que tal es, porque el anterior ponía "Super Luxury" y estaba que se caía a trozos.
El jueves 3 de marzo fue bastante especial. Como todos los años, en esta fecha, tienes tus momentos buenos y tus momentos malos. Ayudo mucho que las hermanas me llevaron a ver el Palacio de Mysore (impresionante), y luego un jardín de fuentes de colores muy bonitas. Impresiona mucho el contraste, ver uno de los palacios más espectaculares que jamás he visto y a la salida gente muriéndose en la calle. De todas formas Mysore es mucho más ordenada (si cabe orden en este caos) que Hyderabad. También tuve suerte de poder conocer a Sister Ana, una persona excepcional. Será casualidad el nombre? No se, pero el hecho es que me ha cuidado muy bien. Aunque esta mayor y la pobre esta recuperándose de una enfermedad muy grave, sigue al pie del cañón. La melancolía de una vida en la que era muy activa hace mella en ella, pero la fuerza de Dios hace que poco a poco vaya recuperándose y recobrando las fuerzas. Como he dicho, fue un día con mis momentos, muchos buenos, otros un poco triste. Pero es bueno, a veces hay que dejarlo salir... y después, te sientes mejor.
En breve me subo en el autobús… así que hasta el próximo post
Continuación del post que publique el Viernes.
En la estación me quede impresionado que el concepto “colas” en el diccionario Indio no existe. Creo que es algo que todavía tienen que aprender aquí. Mientras Sister Lilly estaba hablando con el revisor para sacarme el billete a Kharmman, hubo varios intentos de meterse en medio. En la ventanilla siguiente, a pesar de las barras de acero que tienen la intención de invitar a formar una cola, había un tumulto de gente luchando por comprar un billete.
Algo que me dejo sin palabras fue ver a la gente cruzando de un lado al otro de la estación por medio de las vías. Daba igual que hubiese un puente, algunos, por vaguearía o lo que fuese, cruzaban por medio de la estación
Me habían hablado mucho y mal de los viajes en tren en la India. Cuando pague las 30 rupias (50 céntimos) que costo mi billete, me lo empecé a imaginar… estaba seguro que me iba a tocar viajar en el techo del vagón. Cuando las hermanas me dieron el billete, sonreí y no dije nada. Me daba vergüenza pedir un ticket en primera clase, aunque fuese a viajar yo solo. No es que sea pijo, pero según me habían contado, hasta el vagón de primera clase es peor que el peor tren en España. Además, así contribuyo más a la economía del país. Mientras esperamos al tren, las mismas hermanas me dijeron que tenía que ir en el compartimento de primera fuera como fuese. Ellas no habían podido sacar el billete porque esto es algo que si no haces con tiempo, lo tienes que comprar en el vagón. Cuando el tren llegó, las hermanas hablaron con el revisor del tren para que me pusieran en “primera” previo pago de 2 € (que pague con mucho gusto). También comentaron a un par de viajeros cual era mi estación para que me avisaran. Como veis, las hermanas me cuidan muchísimo. Menos mal que conseguí un sitio en primera, ya que los otros vagones no cabía ni un alma. La mayoría tenían la puerta abierta aunque el tren estuviese en marcha. Así conseguían que meter a más gente… literalmente había más de uno que con un leve empujón se caía fuera del tren, increíble!
El viaje fue cortito, apenas dos horas. Aunque íbamos muy despacio y el vagón se caía a pedazos, no tuve ningún problema. Uno de los viajeros me aviso de que llegaba a mi estación, y el revisor me escolto hasta la salida. Espero que todos mis viajes en tren aquí sean tan cómodos como este.
Nada más salir del vagón me tope con Sister Lissy, la superiora de la comunidad de Budidampadu.
Aquí vine a pasar solo un par de días y me he terminado quedando toda la semana. En la comunidad hay 6 hermanas, de las cuales una está encargada de un internado con más de 120 niñas, 4 hermanas dan clase y dirigen un colegio con casi 600 niños y una hermana está encargada de supervisar un proyecto de microcréditos a más de 575 mujeres. Esta fue una de las primeras misiones de las hermanas en la India. Lleva ya casi más de 30 años funcionando.
El domingo por la tarde, Sister Lilly me acompaño a dar una vuelta por el pueblo. Aquí viven cerca de 5,000 personas. Es un pueblo muy pobre, pero no le falta contraste. Desde casas decentes, hasta cabañas hechas con hojas y ramas. El gobierno esta haciendo un esfuerzo por ayudar a los más pobres, y les subvenciona la mitad de una casa. Lo que ha reducido considerablemente el número de gente viviendo a la intemperie. La mayoría de la gente de este pueblo trabaja en el campo, como jornaleros en los campos de arroz, guindillas y algodón por un euro al día. En el paseo nos invitaron muchos de los vecinos a sentarnos en sus casas. Son todos muy hospitalarios, toda la familia sale a saludarte, te sacan una silla y charlan un poco con la hermana. A mi me preguntan de donde soy, que hago, y me dan las gracias. Yo me siento mal, ojala pudiese cambiar en algo su vida. Una de las paradas fue para ver a dos hermanos que están mantenidos por sus tíos. Ambos padres murieron de sida y sus tíos decidieron hacerse cargo de los niños. La fundación Javier Oriol Miranda los tiene apadrinados, su agradecimiento es eterno.
El paseo por el pueblo fue toda una lección de humildad, hospitalidad y perspectiva. A pesar de todos sus problemas, de no tener nada, todos te regalan una sonrisa. En el pueblo visitamos a gente de todos los credos; católicos, hindús, musulmanes, etc. Es increíble como todos viven en paz y armonía.
La casa de la comunidad es bastante sencilla. Yo duermo en una habitación en un antiguo dispensario que esta justo al lado de la casa de las hermanas. Mi cuarto, muy humilde, que en un primer momento hice de tripas corazón, es el Ritz o el Palace de todo el pueblo. Hoy, tras cinco días aquí, me parece incluso mejor. Nunca subestimemos la capacidad de adaptarnos.
En esta comunidad desayunan a las 7am. No hubiese sido duro levantarme a las 6:30am, si no fuese porque no conseguí dormirme hasta las 3am! (me ha costado casi 4 días hacerme a la cama).
Sister Lissy gestiona 50 grupos del proyecto Arbor, un proyecto de microcréditos a mujeres que emprende una ONG italiana. Cada grupo consta entre 10 y 15 personas. La hermana gestiona los microcréditos de 575 mujeres. Para conseguir un microcrédito, todos exentos de interés, las mujeres se tienen que agrupar en grupos, elegir una coordinadora y reunirse cada 15 o 20 días para hablar de sus problemas y formarse. Los microcréditos están destinados a mujeres para que emprendan pequeños negocios. Hay algunas que abrieron sus pequeñas tiendas, otras lo invirtieron en ganado, etc… Si devuelven el primer préstamo de unas 5000 rupias (90€), pueden pedir un segundo préstamo por 9000 (160€). El primer préstamo ha de devolverse en un año y pagarse mes a mes. El segundo en 18 meses. Si han ido pagando, pueden acceder a más prestamos de mayor cuantía.
A las 7:30am del lunes, cogí el autobús con Siter Lissy y una coordinadora para ir a otro pueblo a visitar a las mujeres de uno de los grupos. El pueblo, muy parecido a los que he visto hace poco, destaca por la brutal diferencia entre las casas de las castas altas y las castas bajas. A pesar que la lucha contra el sistema de castas se esta ganando, sobretodo en las ciudades, todavía queda mucho por hacer en los pueblos. Como en la tarde anterior, fueron muchos los vecinos que nos invitaron a sus casas y nos ofrecieron un té.
A media mañana fui a visitar el colegio. Es un colegio mixto con más de 600 niños. La educación es en Telegu pero acaban de empezar un programa en ingles en los cursos más pequeños. Llegue a la hora del recreo. Es impresionante y un subidón de moral y espíritu ver a todos los niños correr de un lado para otro, jugar, gritar, cantar,… En cuanto me vieron se acercaron muchos. Todos sonriendo, todos presentándose, preguntándome de donde soy aunque no saben ni donde esta Europa. La mayoría de estos niños son muy pobres, no tienen nada, pero son felices. Saben que tienen la suerte de poder estudiar, y eso es una oportunidad, una ventana hacia el futuro, hacia una vida mejor.
Cuando las hermanas llegaron aquí no había ningún niño escolarizado. De hecho, no había ni colegio. Las hermanas empezaron a dar clase a los niños en medio del campo, las “aulas” se ubicaban bajo la sombra de los arboles. Para escolarizar a los niños, tuvieron que salir a buscar a los alumnos. Fueron casa por casa convenciendo a los padres que tenían que educar a sus hijos. Obviamente, la educación de las hermanas era gratuita. Poco a poco fue aumentando el número de alumnos hasta que se decidió construir el colegio. Hoy en día el colegio sigue siendo gratuito. A los profesores se les paga con una ayuda que daba una ONG española, pero que este año, por la crisis o lo que fuera, todavía no ha llegado. Ahora tienen un gran problema porque no saben como van a pagar a los profesores y los demás costes del colegio.
Las niñas del tercer curso me invitaron a su clase y me dedicaron varios bailes y canciones. Impresionante. Que graciosas y simpáticas.
Hablando con las hermanas que gestionan el colegio, me preguntaron si sabía de alguna forma en Excel con la que podrían contabilizar los fees de los niños que estudian English Medium (los únicos que a partir del próximo año empezarán a pagar algo). Claro que sí, si tenía una plantilla en mi disco duro!! Me alegró mucho saber que el trabajo que había hecho durante dos semanas iba a tener más utilidad. Mi actividad principal estos días ha sido mejorar y adaptar la herramienta al nuevo colegio.
También estuve hablando y conociendo a todos los becados por la fundación Oriol Miranda.
Una de las tareas más difíciles de esta semana ha sido enseñar el uso de la herramienta a la hermana encargada. Creo que nunca he tenido tanta paciencia. Me doy cuenta de lo difícil que debe ser para las hermanas usar un ordenador, aun así, muchas me han sorprendido gratamente.
El martes y el miércoles hubo huelga, así que no había niños en los colegios. Es increíble que desde que llevo aquí ya ha habido más de 4 huelgas. Los huelguistas exigen la separación del estado de Adrha Padresh en dos. Vamos, como si Barcelona se quisiera separar de Cataluña.
El martes me invitaron las hermanas de la comunidad de Thimorapet a comer. Aquí son 5 hermanas, 4 dedicadas por entero al colegio English Medium que cuenta con más de 700 niños y un internado mixto con 100 niños. La quinta hermana es la responsable de otros 50 grupos del proyecto Arbor. La comida fue muy divertida, y me lo pase muy bien. Por la tarde me pidieron si podía echar un vistazo a internet, por si podía arreglarlo. No solo lo conseguí arreglar, también termine haciendo un Excel para que Sister Elizabeth pueda gestionar más fácilmente las cantidades pagadas y pendientes de los microcréditos. No os podéis imaginar lo agradecida que estaba. Yo si que termine contento al ver que aprendió todo a la primera!!
La tarde del miércoles fuimos Karmman, la ciudad más cercana a nuestro pueblo. En el camino paramos en una casa de la Madre Teresa, una casa de retrasados mentales. Se me cayo el alma a los pies, que pena me dieron los pobres. Muchos estaban realmente mal. En el breve paseo que me di por el centro, los más valientes se me acercaban, me saludaban, y sonreían. Tímidos, poco habladores, algunos en sus mundos, otros con un pie aquí y un pie en algún lugar lejano, me dejan tocado. No me puedo imaginar como deber ser tener una deficiencia mental en la india, a que estarían condenados estos pobres si no fuesen por los religiosos que le están cuidando. No hay palabras para describir esta labor, dura como ninguna, no debe ser fácil cuidarles, y todo lo hacen sin pedir nada a cambio. Otra lección de solidaridad.
La mañana del miércoles y el jueves lo dedique entero al Excel del colegio y a enseñar a las hermanas a usar el ordenador.
Las hermanas están llenas de detalles. El jueves no me vieron comer mucho, así que en la merienda me hicieron una especie de crepe de coco y pasta para la cena. Lo de la pasta es porque les comente que el martes las hermanas de Thimorapet me habían dado pasta y me gustaba mucho. Todos estos detalles son increíbles y me encantan, aunque hacen sentirme más invitado que nunca. Llevar invitado más de 20 días, se hace muy raro. En casa ajena siempre he tenido conflictos protocolarios y me siento algo incomodo, no se si debo hacer una cosa, hacer la otra... Si la casa es un convento, pues todavía más. En fin, no me quejo porque es un hecho, soy un invitado, un privilegiado y solo puedo estar agradecido.
Esta es mi última noche aquí, mañana a Hyderabad en autobús. A ver si sobrevivo jejejej (subo el post desde Hyderabad, así que estoy más vivo que nunca)
Hasta mi próximo post!