martes, 8 de junio de 2010

Tour por el Sur de Malawi (de lunes 31 a jueves 3)

(segundo post del día… Si empiezas ahora, mira el blog desde abajo)

Aprovechando que el Hospital esta semana tiene menos lío (acaban de empezar unas obras), que los niños están de vacaciones y que están aquí los padres de Francisca y Ángela (la madre de Triana), hemos contratado un “safari” de 4 días que recorre el sur de Malawi.

Cuando Ramón y Triana me comentaron si me quería unir a la expedición, no lo dude un minuto. Al principio creí que sería durante el fin de semana, pero en cuanto me percate que era de Lunes a Jueves, hable con Victoria para comentarla que iba a cancelarlo. Ella me insistió muchísimo para que no lo hiciera y fuese al viaje, en verdad, no tendría otra oportunidad para conocer Malawi tan bien.

Día 1 - Lunes

Hoy tocó madrugar, a las 5:00am ya sonaba el despertador. Con más pena que gloria conseguí levantarme y meterme en la ducha (me toco otra vez una duchita de agua fría - la luz se había ido)

A las 5:45am salimos de la misión donde nos estaba esperando una matola particular. Habíamos contratado una para nosotros solos. - Por fin sabemos lo que es viajar en una matola sin sentirte una sardina! y todo por 6,000 kuachas (860k persona – 4€p).

Sobre las 7am, llegamos a la Agencia Kiboko, situada en el “old Town” de Lilongwe y punto de partida de nuestro safari. Como se suponía que el safari empezaba sobre las 7.30am-8am y alguno nos moríamos de hambre, fuimos a desayunar al Hotel Kiboko, justo al lado de la agencia.

El restaurante estaba en un patio muy agradable. A Ramón y a mí se nos salieron los ojos cuando leímos en el menú “desayuno ingles. Salchicha, huevos, bacon, beans y tostadas”. Aunque el desayuno se hizo esperar, Guau! nos pusimos las botas!!! Como no sabíamos cuando y como íbamos a comer, había que aprovechar!!

Parece mentira, mira que nos levantamos pronto para estar a las 7:30am listos para salir… pues hasta las 9am no nos subimos al coche. De primeras, el coche tenía muy buena pinta, era un 4x4 bastante amplio donde cabíamos los 7 aventureros, el guía-cocinero y un conductor. Además, llevábamos un remolque de apoyo donde transportábamos las tiendas de campaña, nuestro equipaje y un montón de cosas más.

Salimos a las 9am dirección Zomba, nuestro primer destino. El plan “era” llegar sobre las 14h de la tarde, conocer la tercera ciudad más importante de Malawi, capital del país mientras fue parte del imperio británico y después subir a una montaña de más de 2000 metros para hacer camping y un treking que nos llevaría a ver una de las vistas más espectaculares de Malawi. Como muchas veces en África, una cosa son los planes, y otra la realidad.

Pues lo que empezó mal con un retraso de una hora en salir, empero considerablemente. Llevábamos una hora en la carretera cuando el coche hizo crack!#@#¡ No sabemos exactamente que paso, pero era de esperar… pongo la mano en el fuego que el coche tenía más épocas de lluvias que yo en toda mi vida (así es como algún local cuenta los años que tiene).

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Nos tuvieron cerca de 3 horas esperando hasta que llego el mecánico desde Lilongwe. En vez de comer en un lugar acogedor y exótico, tuvimos que comer ahí, en medio de la nada, junto a la carretera nacional unos sándwiches que dejaban mucho que desear. Cuando nos quejamos a la agencia, nos dijeron que no era su problema, que no nos iban a compensar por nada y que si el “plan” inicial había cambiado, no iban ni a devolvernos nada ni a regalarnos nada. Vamos, se nos puso cara de auténticos idiotas…! Menuda agencia de M……

A la 13h, el mecánico consiguió arreglar el coche y continuamos nuestro camino. 4 horas más tarde llegamos a Zomba. Como ya era tardísimo, cancelamos la visita a la ciudad y solo paramos para comprar una manta. No os imagináis el cambio de temperatura entre Lilongwe y Zomba. Nosotros pudimos ir experimentando el cambio en directo gracias a que el súper coche dejaba entrar el aire por la abertura de las puertas! Puff que frio pasamos! Otro detalle gracioso, por definirlo de una forma, el parabrisas del coche no funcionaba… Tuvimos tan mala suerte que se pasó la mitad del trayecto lloviendo… (en dos semanas no me había llovido ni un día!!)

Justo antes de anochecer, emprendimos la subida a la montaña! menudas vistas! Algo completamente increíble. Al final, justo con los últimos rayos de sol y después de más de 12 horas desde que nos habíamos levantado en Chezi, llegamos al lugar donde íbamos a pasar la noche. El sitio era impresionante, un claro en medio de un boque milenario increíble, con su rio y su lago al lado, todo verde… Lo malo era que estaba lloviendo y con el frio que hacía no le apetecía a nadie dormir a la intemperie. Cuando nos dijeron que había unas cabañas donde podríamos dormir, no lo dudamos. Intentamos decir que la agencia debía pagar la diferencia (menos de 4 euros por persona), pero no hubo éxito.

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Decidimos coger dos cabañas, en una dormirían los Padres de Francisca con su hija y en otra los 4 españoles. Yo compartiría el cuarto con Ramón. Cuando inspeccionamos las cabañas, descubrimos que no estaban tan deshabitadas como parecían al principio, había un número considerable de bichos en ambas habitaciones. Actuamos como cualquier colonizador que se precie, entramos con una sonrisa amistosa, pusimos nuestras maletas en el centro estratégico (el salón), sacamos el Baigon local (que suerte haberlo traído), y matamos a todo habitante non-grato (en este caso, cualquiera que no fuera humano). Como dice Ramón, Auschwitz fue un juego de niños, los Alemanes tuvieron más caridad que nosotros!! El insecto que caía al suelo medio muerto, le esperaba una muerte más cruel, ser aplastado por la zapatilla de Ángela… les aplastaba con tal fuerza que pasaban a formar parte de la decoración de por vida… Esto lo hacía Ángela porque el resto tampoco se atrevía, que bichos más grandes!! (desde alguna araña hasta alguna cosa que no se si salen en los libros especializados)

Flecher (el conductor) y Frank (el guía - cocinero), nos prepararon una cena espectacular, o que nos supo espectacularmente bien ya que era bastante simple… espaguetis a la boloñesa. Los degustamos junto a un fuego que hacía mucho más especial el momento. En medio de la cena, más de uno sintió algún pellizco en los gemelos, por debajo del pantalón… Hubo algunos minutos de rallada comunitaria, no sabíamos si era producto de nuestra imaginación o la venganza de los bichos caídos en las habitaciones. Os aseguro que fue lo segundo, menos mal que encontramos la solución poniendonos los calcetines por encima del pantalón, evitando de esta forma cualquier incursión enemiga.

Tras la cena, estuvimos charlando junto al fuego, tampoco faltaron canciones populares (alemanas y españolas) ni un flamenquito que se marco Ramón!!

Aunque sea increíble creerlo, a las 20:30 nos fuimos a las habitaciones y a las 21h estábamos dentro de los sacos con la vela apagada. Dormirse costo un poquito debido al goteo de la lluvia. Las cabañas tenían un techo tan fino (y metálico) que se oía el impacto de cada gota. Yo dormí de lujo salvo un par de veces que me levante cuando la lluvia era tan fuerte que parecía que el techo se iba a caer.

Habíamos quedado en levantarnos sobre las 5:30am, si no llovía nos hacíamos el treking de 6 a 7am y si llovía, pues poníamos rumbo a nuestro nuevo destino… El Parque Nacional de Liwonde

Día 2 – Martes

Como era de esperar, la lluvia no cedió y nos siguió acompañando en el amanecer. Tomamos un desayuno a base de tostadas (en mi caso con mantequilla de cacahuete y sirope) que nos supo a gloria, aunque Triana comento a Frank que si llegan a hacer crepes lo habrían bordado.

La gran sorpresa de la mañana fue que había 3 asientos con agua!! Vamos, el coche está para venderlo como chatarra!! Con una solución parcial, bajamos a Zomba donde hicimos una parada técnica a poner gasolina y alguno aprovechamos a ver la primera iglesia que fundaron los escoceses en Malawi. Sin ver nada más, partimos hacia el Liwonde National Park…

El trayecto duró unas tres horas. A medida que íbamos subiendo por la geografía de Malawi (Zomba era el punto más austral de nuestro viaje), el tiempo iba mejorando y el sol hacía mayor su presencia. Después de un par de paradas técnicas en algunos mercadillos (un must cuando el 70% de la expedición son mujeres), salimos de la carretera principal y tomamos un camino de tierra de unos 15km. Fuimos pasando por aldeas bastante pobres, muy pequeñitas, casi todas hechas con adobe y las más afortunadas con ladrillos. Los niños de las aldeas, todos en harapos, bastante sucios, pero todos con una sonrisa en sus labios nos saludaban a nuestro paso… era sobrecogedor!

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El Parque Nacional de Liwonde es de los más pequeños del país (50km de largo y 15km de ancho) pero uno de los más pintorescos de África. Está dominado por el rio Shire, que lo parte en dos y le da un toque muy especial.

Entramos por la puerta oeste del parque, la única abierta durante esta época del año. Eso nos obligo a dejar el coche junto al rio ya que el lodge donde íbamos a dormir, mejor dicho, donde íbamos a acampar, estaba al otro lado. En la espera para cruzar el rio, pudimos observar un cocodrilo en la orilla de enfrente… pufff… qué emoción! Y eso era solo el principio. Cuando entrabamos en el hall del lodge, pudimos ver a no más de 4 metros un par de facocheros comiéndose la hierba del jardín.

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Había varias actividades para escoger, una vuelta por el parque de dos horas en un jeep descapotable, un paseo con un guía a pie y un paseo en barco por el rio. Aunque el safari Kiboko solo nos incluía una actividad, decidimos hacer primero el tour del barco y dejar para el día siguiente reservado el tour en jeep, y en función de lo que viéramos primero, decidíamos si lo hacíamos o no.

Después de una comida que nos sorprendió a todos (un pollo al curri con arroz… riquísimo), empezamos el tour del barco. Nuestro piloto – guía se llamaba George, y probablemente sería familiar de George de la jungla, menudo ojo tenía el campeón! Empezamos navegando rio arriba, y en los primeros minutos , ya vimos varios cocodrilos, y a una distancia que casi podíamos tocarlos con las manos!! Increíble la imagen… alguno de más de 4 metros, otro con la boca completamente abierta, inmóviles… quién diría que son peligrosos!! Tras los cocodrilos, fuimos en busca de los hipopótamos. El parque alberga una de las densidades más grandes de Hipos de Malawi, hay más de uno cada 20 metros!! No tardamos en divisar desde el barco varios grupos… Se notaba que a los Hipopótamos, George les tenía algo más de respeto, al menos la distancia de seguridad era algo más alta. El colofón fue cuando vimos a un hipopótamo con su cria fuera del agua y con la boca abierta!! Que impresión!!!

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También vimos un montón de facocheros, impalas, sables y varios antílopes más. El barco lo compartimos con un par de familias de misioneros que llevaban varios años en Malawi. Los maridos habían tenido ya varias Malarias y decían que no era para tanto... yo espero no comprobarlo (La hermana Victoria tuvo una que casi la lleva al otro barrio). Lo que más me sorprendió es que una de las familias, había decidido no llevar a sus hijos a un colegio y enseñarles ellos mismos. Desconozco las razones para tomar esa decisión, pero no la comparto. Por muy bonito que sea enseñar a tus hijos, creo que es necesario tener unos compañeros de colegio, una educación profesional y que no haya un vinculo 100% familiar en la relación Alumno – profesor. También es verdad que habrá que ver las circunstancias de la familia.

George, que era un personaje increíble, dejo a los misioneros tras hora y media de tour y nos llevo a nosotros a ver el atardecer… y de paso, intentar ver elefantes. El decía que teníamos un 50% de probabilidades de verlos… bien los veíamos, bien no los veíamos!! Vamos, que no nos hicimos ninguna ilusión mientras íbamos navegábamos rio abajo…

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Justo cuando disfrutábamos de un atardecer espectacular, uno de los que hablan los libros, de los que vienen en postales, el cielo completamente rojo… justo en ese momento nos dice George… Elephants! Elephants!! Pufff, que sorpresa, y qué emoción para todos los presentes! Por un lado, un amanecer increíble, en el otro, un grupo de unos 15 elefantes se mostraban imponentes frente a nosotros…!! Por unos momentos, reviví una experiencia inolvidable de hace unos cuantos años con mi padre por tierras no muy lejanas a estas… (algo que tendré en mi retina y contare en mis memorias). Durante varios minutos, nuestras cámaras no tuvieron ningún respiro! Íbamos captando todo lo que nuestros ojos percibían! Hubo un momento en que me dio la impresión que nos acercábamos demasiado, y así fue… uno de los elefantes más grandes nos dio un aviso, BUFFFF… a más de uno se le puso la carne de gallina! Con este aviso, George decidió que ya era la hora de volver al campamento.

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Aunque el lodge tenía unas casitas con bastante buena pinta, nuestra agencia nos había reservado la zona de camping. Al menos esta vez, si que hacía una temperatura bastante agradable. Lo que más apreciamos fueron las duchas!! En Zomba, no pudimos ducharnos ya que no había duchas… Aquí, A pesar que las duchas del camping no eran estéticamente atractivas, la ducha sentó realmente bien!! Eso sí, con tus chanclas y vigilando de cerca a un par de arañas que había en ambas esquinas…

Tras una gran cena de Frank, cada uno se fue a su tienda (aprox, 21h). Yo compartía tienda con Ramón. Antes de recogerme en el saco de dormir, estuve contemplando el mar de estrellas que tenía sobre mi cabeza… increíble lo bien que se veían! Pude ver varias estrellas fugaces en pocos minutos… que tranquilidad daban, pero que rabia no saber de astronomía! Aunque para apreciar lo que veía, no hacía falta saber mucho… era espectacular!

Impresionante el día que acabamos de tener… jamás hubiera pensado que íbamos a ver todo lo que vimos… tal fue así, que decidimos cancelar el safari en coche y salir antes para aprovechar nuestro tercer día en nuestro siguiente destino… Cape Maclear, en “Lake Malawi”

Día 3 – Miércoles

Hoy sonó el despertador algo más tarde ya que no teníamos el desayuno hasta las 7am! Aún así, y tras una noche algo incomoda, fue Triana la que nos despertó a las 6:30am. Aunque a grandes rasgos dormí bien, la esterilla que nos dieron era bastante blanda y la espalda se resintió un poquito. De todas formas, estuvo chula la sensación de dormir con cocodrilos a escasos 30 metros y facocheros a 5 metros!

La gran sorpresa de la mañana fue el desayuno… Frank había hecho caso de las plegarias de Triana y pudimos desayunar crepes de plátano y tostadas!! Puff, que desayuno… comimos hasta saciarnos, seguimos la máxima del viaje, come todo lo que puedas ahora, que luego no sabes cuando vuelves a comer!!

Tras el desayuno, y dos horas más que tardaron en recoger todo y llevarnos al otro lado del rio donde teníamos el coche, partimos dirección Cape Maclear, en el Lago Malawi. Este fue uno de los puntos donde el famoso Doctor Livingstone y su expedición se prepararon para cruzar el lago Malawi y años más tarde se fundó una de las primeras misiones de Malawi.

Partimos sobre las 10am y justo antes de llegar, paramos al lado de un baoba a comer.

El Lago Malawi es el tercer largo más grande de África. Para que os hagáis una idea de su magnitud, de largo tiene 585km (aproximadamente la distancia que hay entre Madrid y Barcelona) y de ancho unos 100km. Más o menos, es el 15% de Malawi.

Poco después de reanudar la marcha, dejamos la carretera principal para continuar unos 18km por un camino de tierra que terminaba en Cape Maclear. Mientras nosotros disfrutábamos contemplando el paisaje espectacular de estas montañas y a sus habitantes (vimos monos y todo), nuestro maltrecho coche apenas podía con las cuestas del camino. La entrada al pueblo contrastaba completamente con la idea que me había hecho en la cabeza. El cabo Maclear, es uno de los sitios más emblemáticos y más “turísticos” de Malawi (según la guía), pero la realidad es que la aldea que se asienta aquí (llamarlo pueblo sería demasiado), no dista mucho de cualquier otra de este país. Una combinación de casitas pequeñas, alguna de ladrillo, alguna otra de adobe, casi todas con las ventanas rotas, sin mosquiteras (y eso que este es uno de los puntos con más malaria del país), la gente… bueno, ya he descrito mucho a los habitantes de este tipo de aldeas. La diferencia de esta aldea respecto al resto, son los 4 hotelitos que hay a los pies del lago. Impresionante el CONTRASTE!! (sobre esto tengo que hablar en otro post, porque impacta muchísimo).

Cape Maclear está situado al sur del Lago Malawi, escoltado por varias montañas y con varias islas en frente. Goza de una fauna marina única, aguas completamente cristalinas y “mar” como plato (el resto del lago tiene olas grandecitas).

Nuestro hotel disponía de varias habitaciones (muy bien puestas), una zona para camping, un bar y un restaurante. Para no mal acostumbrarnos, nuestra agencia nos había reservado alojamiento en la parte del camping. El hotel, justo a las orillas del lago, gozaba de unas vistas espectaculares… la puesta de sol prometía muchísimo!

Nuestros compañeros de camping parecían bastante profesionales. Tres parejas llevaban un todo terreno inmenso con la tienda de campaña en el techo del vehículo, otra pareja llevaba una caravana 4x4 bastante grande y tenía la intención de recorrerse el este de África, también había un grupo de moteros que viajaban por esta parte del continente. Definitivamente, nosotros éramos los más “light” del campamento.

Pasamos la tarde relajados en la orilla del lago, bañándonos y disfrutando del tiempo libre.

Sobre las 17h, y muy lentamente… el cielo entero se fue tornando naranja intenso, con una mezcla de mil tonos rojizos y otros tantos amarillos… poco a poco, el sol se ponía mientras mis pupilas guardaban en mi memoria una de la puestas de sol más bonitas de mi de vida…

Por supuesto, aprovechamos el momento para coger nuestras cámaras y no parar un minuto de capturar semejante escena!

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La cena, como venía siendo costumbre, estuvo riquísima! Hay que reconocer que tanto Frank como Flecher se lo estaban trabajando muchísimo.

Después de cenar, nos animamos todos (los padres de Francisca, Ramón, Triana, Ángela y yo) a jugar al continental y al mentiroso. Que risas!!! Encima a las cartas le acompaño alguna copa (en mi caso un Gin Malawi &toncic). Por primera vez en todo el viaje, nos fuimos sobre las 12 de la noche a dormir.

Esta noche dormí solo en la tienda y con doble esterilla… puff que gusto! Ángela decidió cogerse una habitación y como había 3 camas, Ramón y Triana también se apuntaron. Yo estuve a puntito de coger otra, pero la idea de dormir en el camping junto al sonido relajante de las olas me atrajo mucho más.

El desayuno lo teníamos a las 7:30am! Ya veis, no nos damos un respiro!! Esta vez no había crepes, pero nos tomamos una cantidad ingente de tostadas!! Después del desayuno, time “off” para descansar, bañarse y disfrutar de las últimas horitas antes de volver.

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Yo decidí irme solo a dar una vueltecita por la “costa” y a ver las distintas aldeas que había. No aguante mucho, tras pasar una aldea de pescadores que olía francamente mal y se caía a pedazos…. Decidí volverme. Durante el paseo, los aldeanos se acercaban a hablar conmigo y tras 10 minutos de conversación, me despedía de ellos. Es increíble lo amables y simpáticos que son, pero que pena da alguno que no llevaba más que harapos!! En el camino de vuelta, me paro uno con una pinta bastante peculiar, rasta, gorra azul, alguna cadenita, vaqueros fashion, y camiseta gris… Quería enseñarme a toda costa las pinturas de su “hermano” (como no, cada cuadro tenía una firma de un autor distinto). Aunque le decía que no tenía dinero, a él le daba igual, que aceptaba mi reloj o mi móvil… De todas formas, me quede charlando un rato con él. Tras 10 minutos hablando de futbol y la Roja, me ofreció que si quería fumar unas hierbecitas con él (bastante sospechosas). Muy educadamente, le dije que me estaban esperando y que no fumaba ni hierbas, ni tabaco…

Pase el resto de la mañana bañándome en el lago y charlando con el resto del grupo, un tal Stef van Beek (yo le llamo “el iluminado”), y algún que otro vendedor ambulante.

Terminamos de comer sobre la 13h, y emprendimos el camino de regreso a Chezi. El viajecito duro unas tres horitas que pasamos medio dormidos al principio y disfrutando del paisaje después.

Así concluye un tour de 4 días que nos paso de todo… desde quedarnos tirados con el coche y dormir en un sitio lleno de “bichos” hasta ver elefantes a menos de 10 metros y disfrutar de una puesta de sol única. Vamos, ha sido espectacular, y lo repetiría mil veces!! Aunque hay que ser críticos, y reconocer que la Agencia Kiboko nos tomo el pelo… Si nos organizamos nosotros mismos este tour (que no es difícil), nos saldría la mitad de lo que pagamos. En fin, peor para ellos…

La llegada a Chezi fue espectacular…! Todos los niños que estaban cerca venían a abrazarnos!!! Los más pequeños, desde el parquecito donde estaban, gritando nuestros nombres y después cantándonos la canción del Sevilla… puff, como los echaba de menos!!!

Viaje a la libertad

El iluminado es un ejemplo de gente que le echa morro a la vida!! Este holandés de 36 años, con estudios en “cultura latinoamericana”, va a estar un año viajando por el sur de África. El Iluminado se denomina así mismo “viajero, consultor hacia la autenticidad y artista de vivir”. Propone charlas de una hora que denomina “el viajecito a la libertad!”, cuyo fin es saber dónde te encuentras en tu desarrollo personal, descubrir que querrías hacer de verdad en tu vida y que te detiene a hacerlo.

Como su fin es a la vez que viaja ganar dinero, las sesiones las cobra a 30€ persona. Yo creo que aunque solo sea por curiosidad, habrá más de uno que pique!, Pero vender este tipo de coaching sin ser psicólogo… sí que es echarle morro!!

By the way, tiene página web www.triptofreedom.com

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2 comentarios:

  1. Pedazo Capullo!!!!!!!!! Podías haber avisado o mandar un mail que habías publicado este blog. Me lo ha contado Mercedes y me he pasado 3 horas leyendo, en vez de ir poco. En fin, veo que estas de p.m. Oye podías mirar lo de los elefantes!! Supongo que no viste el partido de España-Polonia, pero les metieron un set, asi que con la suerte que tienes igual ganamos el mundial. He pensado que si llegamos a la final igual me voy con Gonzalito. Por cierto, veo que te estas aficionado a los niños, asi ue si te acerdas tienes 6 sobrinos de los que a la vuelta vas a hacer de canguro.jajajajajajajaj. Bueno brother, un beso y cuidate que la malaria no es cosa de broma!!!

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  2. Me imagino ese manto de estrellas y el ruido de los elefantes cerca... que envidia!.
    (Lo de los bichos en la habitación paso...).

    Estas tardando en enseñarles a los niños alguna canción que nos motive más que el himno del sevilla... ¿Eeeeeh?.

    Cuidate!.

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