martes, 8 de junio de 2010

Un taxi desde Lilongwe

 

(hoy publico dos posts, en breve otros dos ;) … empezar por abajo!)

Hoy sábado (29 de mayo), aprovechando que las mujeres (Triana y Ángela) habían quedado con las hermanas a tomar las deliciosas crepes que prepara Triana, Ramón y yo hemos ido a Lilongwe a ver si conseguíamos arreglar internet y de paso hacer algunas compras.

Aunque tardamos dos horas en conseguir transporte a Lilongwe, al final conseguimos que nos acercasen un par de personas que pararon en una pick-up a comprar unas lechugas justo al lado nuestro. Por 150 Kuachas fuimos como reyes en la parte de atrás del pickup… A mí incluso me pego el sol y me llegue a quemar un poquito… Desde el pickup pude apreciar todavía más la espectacularidad del paisaje!! Creo que no me voy a acostumbrar nunca!!! Me fascina!!

Pasamos casi toda la mañana descargando mails y haciendo distintas gestiones… Por mi parte, conseguí que me dieran una tarjeta nueva para conectarme a internet desde Chezi… Algo más tarde pude comprobar que no sirvió para nada!

Tras comer en el KFC local (que hamburguesas de pollo más ricas) y hacer la compra, decidimos coger un taxi para volver a Chezi. La alternativa era ir como sardinas en lata en varias “Matolas” y tardar el doble… por un día, decidimos darnos el lujo!

A las afueras del centro comercial estaba la parada de taxis… ahí empezamos la negociación. El taxista, aunque nos dijo que no sabía muy bien donde estaba Chezi, nos pidió 4,000 kuachas (20€) por llevarnos, Ramón, como negociador experto en la materia, directamente dijo que 2,000 (10€) o nos íbamos en autobús… Al final acordamos ir por 2,500 Kuachas (12.5€)

Como os podéis imaginar, los primeros 10 minutos de conversación entre Ramón y yo fue comparar los taxis de Madrid y de Sevilla con los de Lilongwe. A mí no me salían las cuentas, si la gasolina sale más o menos igual, como era posible que nos cobrasen 12€ por 70km!! Vamos, si por ir a La Moraleja te cobran 25€ en Madrid y esta a no más de 15km!!

Aquí los taxis van con la gasolina más bien justa, y después de subirte, siempre van a una gasolinera y llenan el coche con lo que aproximadamente creen que van a consumir en el trayecto. También aprovechan a pedirte parte del pago que has negociado. Nosotros aquí estuvimos un poco torpes y en vez de darle la mitad, le pagamos todo el trayecto. Encima, enseñamos todo el fajo de billetes que llevábamos (no es que fuéramos ricos, pero aquí con 100€ llenas una mochila de billetes (literal!)

Estuvimos 10 minutos más en la carretera hasta que llegamos a uno de los controles de policía. Estos controles son fijos y todavía no se si hay uno cada vez que cambias de región o como van, pero la verdad es que hay un montón. Aunque en el trayecto Lilongwe – Chezi sólo hay uno.

En el control, el taxista pregunto dónde estaba Chezi y si estaba muy lejos. Yo aquí ya percibí un cambio en la actitud del taxista, vi como le cambiaba un poco la cara, pero no le quise dar mucha importancia. El taxista continúo durante un par de kilómetros antes de parar el coche en el lateral de la carretera.

Ramón y yo nos quedamos perplejos!!! No dábamos crédito! El taxista se da la vuelta y empieza a decirnos que Chezi está muy lejos. Que por 2,500 kuachas no nos puede llevar… Nosotros no sabíamos que decir, por lo menos quedaban 40km hasta Chezi y el taxista no paraba de repetirnos que él creía que Chezi era donde estaba el control de policía.

Encima, si la situación por sí sola no era agradable, empezaron a acercarse locales que andaban por ahí. Sin darnos cuenta, nos vimos dentro de un coche con un taxista muy enfadado y rodeados por fuera por gente local (aunque son amistosos, si la situación pasaba a mayores, no nos cabía ninguna duda a quién defenderían). A pesar que no parábamos de repetir que no era nuestra culpa, a él le daba igual, es más… por un momento empezó a decir que sabía que era su error, pero que aún así, no nos llevaba, que estaba muy lejos!! Le ofrecimos que nos llevará de vuelta a Lilongwe y nos devolviera el dinero, pero eso tampoco quería aceptarlo!

Al final, y después de hacernos los tontos mejor que nunca, le convencimos que Chezi no estaba mucho más lejos y que le pagaríamos unas 3,000 kuachas por el trayecto. Nos sorprendió un montón que uno de los aldeanos que rodeaba el coche también se metió dentro (creo que para indicarle como llegar, pero ni idea)… Lo bueno, es que parecía que nos daba la razón, al menos eso quería pensar yo. A partir de aquí empezó la “odisea”… El pobre taxista, cada 15 metros nos repetía que Chezi estaba muy lejos, a dar golpes al volante, vamos uno de los mejores “freak outs” que he visto nunca! También es verdad que el taxista parecía tener razón en lo que decía y que nos había cobrado mucho menos que el precio justo. A mi me empezó a dar pena!

Después de 15 minutos, el taxista volvió a hacer el amago de parar en el lateral de la carretera… Yo ya creí que nos dejaba allí. Tras varias protestas más, siguió su camino. A todo esto, se unió el problema de la gasolina! Como el taxista no se esperaba una carrera tan larga, pues casi no puso gasolina. Nada más retomar la marcha tras la primera discusión, se vio obligado a apurar al máximo, a apagar el coche en las cuesta abajo y a encenderlo en las cuesta arribas (yo creo que así uno gasta más, pero a ver quién era el valiente que se lo decía). Por mucho que apurara, no consiguió evitar lo inevitable y nos quedamos sin gasolina. Menos mal que el taxista llevaba un barril para casos de emergencia. Otra vez empezó a refunfuñar, menos mal que el local no para de insistir que estábamos muy cerca…

Nos llevo aguantar otros 15 minutos de quejas, de apagar y encender el motor del coche, de recriminaciones… vamos, otros 15 minutos desagradables hasta que llegamos a la puerta de la misión! Como nos dio mucha pena, al final le pagamos 4,000 kuachas… aún así, también se quejo…

Creo que la próxima vez antes de darme el lujo de coger el taxi, me asegurare que el taxista sabe exactamente donde va.

Malawi - 2S 043

1 comentario:

  1. Menos mal...!!!.
    Oye... y si tenias 100 euros en el bolsillo... ¿Quien te manda regatear con tu vida, por 5 euros arriba o abajo?.
    No es necesario... Alvaro... no es necesario...

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